Solo de manera general se puede hablar de inconvenientes en las energías renovables, teniendo en cuenta las limitaciones de esta simplificación.

Uno de los inconvenientes principales de las energías renovables es la ocupación de grandes extensiones de suelo y el efecto sinérgico que puede provocar la implantación de numerosas instalaciones de este tipo sobre amplias zonas. La energía solar, eólica y la producción de biocombustibles compiten por este recurso escaso que tiene como usos alternativos la producción de alimentos o el mantenimiento de los menguantes ecosistemas naturales.

La elección de emplazamientos idóneos entendiendo por estos aquellos con escaso potencial biológico puede minimizar en parte el problema.

Otro tipo de energías como el biogás, la hidráulica, biomasa, etc. no presentan este problema.

Especial mención tiene el uso de tierras especialmente productivas para la producción de materias primas que son utilizadas como biocombustibles. Al dilema ético de enfrentar producción de alimentos y energía, se suma la utilización ingente de abonos y fertilizantes de uso industrial y alto poder contaminante que son utilizados para incrementar la productividad de la tierra.

Otro inconveniente destacable es el ejercido sobre el paisaje en medios rurales, especialmente motivado como en el caso anterior por la acumulación de instalaciones. Las más agresivas son las instalaciones eólicas y solares, dadas sus características propias y los emplazamientos considerados óptimos en muchos casos.

En el caso de las energías renovables con un factor biológico en su proceso hay que resaltar, una vez más, que los balances de CO2 de no siempre son siempre neutros o negativos, especial mención merece de nuevo la generación de energía mediante biocombustibles.

El resto de inconvenientes no son dignos de mención y pueden ser solventados con tecnologías disponibles actualmente o con la aplicación de medidas preventivas o correctoras de fácil implantación.