MEDIO AMBIENTE Y CONSTRUCCIÓN
Se citan a continuación algunos de las medidas más elementales que deberían ser tenidas en cuenta en cualquier proceso de urbanización referidas al medio ambiente , y que aseguran tanto la calidad de los habitantes de las zonas más próximas como la integridad y conservación de espacios naturales próximos.
Las obras estarán en todo momento perfectamente jalonadas para que no se produzcan tránsitos de vehículos o maquinaria fuera de las zonas estrictamente necesarias.
Para reducir las emisiones de polvo durante las obras (especialmente durante los movimientos de tierra), se regará la superficie de trabajo. Estos riegos se realizarán sobre los acopios y caminos con el fin de evitar en lo posible la generación de polvo.
Las operaciones de riego se intensificarán durante los meses más secos (estivales), así como en cualquier momento en que las condiciones ambientales los exijan.
Se cubrirán con mallas las cajas de los camiones, que transporten materiales susceptibles de ser dispersados por el viento.
Se limitará la velocidad de los vehículos de obra, con el fin de disminuir en lo posible la generación de polvo.
Los acopios de tierra se situarán en zonas donde la dispersión por la acción del viento sea mínima. Se cubrirán los acopios de materiales susceptibles de ser dispersados por el viento. Se seleccionaran siempre que sea posible materiales inertes o inocuos para el ambiente.
Se evitará la acumulación de tierras y escombros en la obra.
Para el control de la emisión de gases y partículas contaminantes procedentes de los motores de combustión interna de las máquinas móviles, no de carretera, se aplicará la normativa vigente al respecto.
La maquinaria y vehículos empleados en las obras cumplirán con la reglamentación vigente y habrán superado favorablemente las inspecciones técnicas de vehículos (I.T.V.) que les sean de aplicación y dentro de los plazos legales establecidos, con el objeto de mejorar la eficacia de la combustión y evitar quemados incorrectos, que generen emisiones locales llamativas o inadmisibles.
El horario de trabajo se realizará dentro del periodo diurno, para acotar la emisión de ruidos a un horario diurno.
No se superarán los valores límites de emisión fijados para la zona.
La maquinaria usada cumplirá lo requerido en cuanto a emisiones acústicas.
Siempre en igualdad de condiciones y eficacia se utilizará cuando sea posible la maquinaria y procedimientos más silenciosos.
Se reducirá en la medida de lo posible la velocidad de los vehículos y maquinaria empleada durante la construcción, con el fin de disminuir los niveles de ruido producidos por los movimientos de maquinaria
Se procurará el uso de caminos y viales existentes para las obras.
Las obras estarán en todo momento perfectamente jalonadas y señalizadas para que no se produzcan vertidos directos o accidentales que puedan afectar, ya sea directamente o por escorrentía superficial.
Las operaciones de movimiento de tierras y de maquinaria se reducirán, durante los días de lluvia intensa, para no favorecer el arrastre de sólidos por escorrentía superficial.
Se procederá a una impermeabilización del terreno sobre la cual se pretenden ubicar las instalaciones de obras auxiliares para evitar posibles lixiviados.
Durante el transporte de material sólido, tanto material de construcción como material de desecho, se procederá al acondicionamiento de los vehículos que realicen el transporte, mediante redes, plásticos o similar, debidamente homologado, para evitar pérdidas. La gestión de residuos sólidos y líquidos que se deriven de esta actuación se gestionarán según sus características.
El suelo sobre el cual se coloca la zona destinada a acopio de materiales, deberá estar perfectamente impermeabilizado. Esta zona estará provista de un sistema de canalización para recoger los lixiviados que puedan producirse debido a la interacción del agua de lluvia con los materiales que se acopien.
El mantenimiento de la maquinaria se llevará a cabo en los lugares que se indiquen para ello, y que tendrán que estar debidamente impermeabilizados de forma que los posibles vertidos no contaminen el suelo.
Se seleccionarán siempre que sea posible materiales inertes o inocuos para el medio ambiente.
Se prohibirá la realización de cualquier vertido de residuos sólidos o líquidos a los cauces naturales.
Los productos residuales generados durante la fase de obras se gestionarán de acuerdo con la normativa aplicable.
En caso de producirse un vertido accidental provocado por el mal estado de la maquinaria, se recogerá ese vertido, gestionándolo según la normativa vigente y se restaurará a su estado original.
Las obras estarán en todo momento perfectamente jalonadas y señalizadas para que no se produzcan vertidos directos o accidentales que puedan afectar a los suelos.
Las diferentes instalaciones destinadas a obras y maquinaria dispondrán de todos los elementos adecuados y revisados que garanticen su buen funcionamiento para evitar fugas, derrames y otros accidentes.
El mantenimiento de la maquinaria se llevará a cabo en los lugares que se indiquen para ello, y que tendrán que estar debidamente impermeabilizados de forma que los posibles vertidos no contaminen el suelo.
Se destinará un área específica para el acopio de materiales, tanto destinados a obra como residuales, nunca situada cerca de cursos de agua (o que puedan llegar a ellos). Esta zona estará impermeabilizada y dispondrá de una canalización para recoger los posibles lixiviados. Los lixiviados se tratarán como residuos.
No se permitirá el tráfico de maquinaria sobre los acopios ya constituidos.
Se realizará un acopio de tierra vegetal previo al movimiento de tierras extrayendo el horizonte A del suelo, a una profundidad adecuada.
Siempre que sea posible las labores de retirada del suelo vegetal se simultanearán con el desbroce de la vegetación, de manera que la tierra retirada incorpore los restos de vegetación existentes.
El almacenamiento debe efectuarse con cuidado.
El suelo vegetal se extenderá sobre superficies afectadas por elementos auxiliares y las zonas verdes.
Se realizará una vez finalizadas las obras una descompactación del suelo, en el que se hayan visto alteradas las propiedades del mismo, durante la fase de construcción.
Estará prohibido fumar, realizar fogatas y todas aquellas actividades que no sean propias del proceso constructivo y pudieran generar un incendio accidental. Se tomarán las medidas, físicas o de procedimiento, necesarias para la prevención, detección y extinción de incendios durante la obra, teniendo especial atención en los trabajos de soldadura.
En la formación de taludes se buscarán siempre formas suaves, redondeadas, sin aristas ni vértices, intentando una transición suave hacia el terreno natural para integrarse en el paisaje.
Se localizarán los acopios de materiales obra en aquellos lugares donde el impacto visual de estos sea mínimo.
Quedará prohibido el abandono de residuos o vertidos en lugares no habilitados para ello.
Toda la zona de obra se mantendrá limpia de residuos durante toda la fase de construcción.
Se procederá a la finalización de las obras al desmantelamiento de estructuras provisionales, a la limpieza general de la zona afectada, la retirada y transporte a vertedero o punto de reciclaje de los residuos existentes, el desmantelamiento de estructuras de carácter provisional, la descompactación del terreno, etc. preparando las superficies a restaurar para el posterior extendido de tierra vegetal.
Antes de comenzar la construcción y tras el replanteo, se jalonará y señalizará la zona de obra, de esta forma se evitará el tránsito de personal ajeno a las obras y la afección a servicios no previstos.
Se señalizarán los elementos de la red viaria local afectados por las obras mediante paneles, señales verticales de tráfico de dirección provisionales, etc.
Se obtendrán, antes de empezar la ejecución de cualquier operación que pueda afectar a la circulación, las autorizaciones necesarias de las autoridades competentes.
Se repondrán todos aquellos servicios que puedan verse afectados por las obras.
Durante los movimientos de tierra habrá presencia de un arqueólogo, con el fin de evitar la afección de los yacimientos arqueológicos inventariados o a nuevos hallazgos que no hubieran sido detectados durante la prospección arqueológica, con especial incidencia en las catas señaladas en el plano de Intervención Arqueológica como zona de máxima concentración.
Si durante la ejecución de las obra se encontraran restos arqueológicos de valor se notificará inmediatamente.